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    Bolivia impulsa una revisión científica de la hoja de coca en la ONU

    14.07.2025
    Igor Domsac | 14 julio 2025

    Desde mediados del siglo XX, las prácticas tradicionales con hoja de coca han sido restringidas por el régimen internacional de fiscalización de estupefacientes, a raíz de su inclusión en la Lista I de la Convención Única de 1961, promovida por un informe de la OMS influido por prejuicios culturales y raciales. A pesar de que ya en 1950 una comisión de la ONU reconocía que el mascado de coca no generaba dependencia, la OMS recomendó su inclusión en la Lista I de la Convención Única de 1961, al mismo nivel que la cocaína, clasificación que fue adoptada por la Comisión de Estupefacientes de la ONU. Esta decisión —basada en un desconocimiento profundo de sus usos ancestrales— propició políticas nacionales de erradicación de cultivos y criminalización de prácticas tradicionales en comunidades indígenas andinas que han empleado la planta durante siglos para fines rituales, nutricionales y medicinales.

    Bolivia impulsa el cambio con respaldo regional

    En junio de 2023, Bolivia presentó un dosier exhaustivo a Naciones Unidas que cuestiona la permanencia de la hoja de coca en el régimen más restrictivo de control. La documentación, de más de 400 páginas, argumenta que no existe evidencia científica que respalde la peligrosidad de la ingestión de la hoja en su forma natural, y destaca sus beneficios en contextos culturales y de salud. Este esfuerzo se suma al que el país ya realizó en 2013, cuando reingresó a la Convención Única con una reserva que permite el uso tradicional dentro de su territorio. Colombia ha manifestado su respaldo a esta revisión, ampliando así el frente político favorable a la desestigmatización de las prácticas con esta planta.

    En marzo de 2024, la OMS anunció la apertura formal de un «examen crítico» sobre la hoja de coca, que será conducido por su Comité de Expertos en Farmacodependencia. Se trata de un proceso técnico y científico sin precedentes, donde se analizarán datos sobre química, toxicología, farmacología, epidemiología y usos tradicionales. La convocatoria está abierta hasta el 14 de agosto para que académicos, pueblos indígenas y gobiernos contribuyan con evidencia y argumentos. Este procedimiento podría culminar en octubre de 2025 con una una recomendación para reclasificar o revisar el estatus de la hoja de coca dentro del régimen internacional de fiscalización.

    Derechos indígenas en el centro del debate

    Más allá de lo técnico, este examen representa una oportunidad para que el sistema internacional reconozca el daño histórico causado a los pueblos indígenas andinos. Organismos como el IDPC y el Transnational Institute (TNI) insisten en que la prohibición ha vulnerado derechos reconocidos en instrumentos como la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y el Convenio 169 de la OIT. El relator de la ONU, Francisco Cali Tzay, ha alertado que la inclusión de la hoja de coca en la Lista I constituye una negación del derecho al desarrollo, la identidad cultural y la salud de estos pueblos.

    Mientras el examen avanza en la esfera diplomática, en Bolivia se abre otro frente de discusión: la comercialización urbana y moderna de derivados de la hoja de coca. Productos como la «coca machucada», mezclada con bicarbonato y saborizantes artificiales, ganan popularidad entre jóvenes urbanos, pero alejan la planta de su contexto ritual y simbólico. Expertos han expresado preocupación por los posibles efectos adversos de estos productos no regulados, como la irritación bucal o incluso riesgo de cáncer, no atribuibles a la hoja en sí, sino a los aditivos incorporados.

    Una oportunidad para corregir el rumbo

    El proceso liderado por la OMS no busca legalizar las prácticas con cocaína ni eliminar los controles sobre su tráfico, sino restablecer el equilibrio entre ciencia, derechos humanos y diversidad cultural. De lograrse una reclasificación o eliminación de la hoja de coca del régimen actual, se abriría un precedente para otras tradiciones estigmatizadas injustamente, como la ayahuasca o los hongos con psilocibina, que comparten una historia similar de criminalización de sus modos de empleo tradicionales sin evidencia científica. El desenlace de este examen podría marcar un antes y un después en la relación entre los pueblos originarios y el sistema internacional de control de drogas.

    Categories: Noticias , Noticias , Derechos humanos
    Tags: derechos humanos , coca , legislación , usos tradicionales , Comisión de Estupefacientes , Colombia , Bolivia