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    Amanita muscaria ICEERS PsychePlants

    Amanita muscaria: información básica

    ICEERS image12m - 09.02.2019

    Información básica

    La Amanita muscaria (y otra variedad similar, la Amanita pantherina) es una seta del orden de las agaricales que aparece en hábitats muy amplios de las zonas templadas y boreales del hemisferio norte. Crece tanto en zonas de baja altura como en alta montaña, sobre todo en los bosques de coníferas como abetos y pino negro, así como en bosques de hayas y abedules. Suele aparecer entre los meses de final de verano y sobre todo en otoño.

    Su apariencia es bien conocida por el color rojo de su sombrero, cubierto de puntos blancos, así como el tallo de color blanco.

    El hongo contiene dos alcaloides psicoactivos, el ácido iboténico y el muscimol, además de otros muchos alcaloides. Se ha utilizado desde la antigüedad como sustancia embriagante y en contextos chamánicos y de adivinación.

    El nombre de Amanita muscaria proviene del efecto paralizador que tiene sobre algunos insectos. Se le conoce con otros nombres como hongo matamoscas, falsa oronja, reig bord o farinera borda en catalán, y fly agaric en inglés.

    Origen/Historia

    Documentos históricos como pinturas rupestres, grabados en madera y esculturas, sugieren que los efectos psicoactivos de la A. muscaria se conocen desde tiempos remotos en todos los continentes, y se han observado prácticas similares en cuanto al uso de A. muscaria en grupos distantes tanto geográfica como culturalmente. La A. muscaria se ha utilizado con finalidades religiosas, de adivinación, terapéuticas y sociales.

    La primera evidencia del uso de la A. muscaria como intoxicante se basa en análisis lingüísticos de idiomas del norte de Asia de los años 4000 a. n. e., en los que las raíces de las palabras «embriaguez» y «Amanita muscaria» parecen ser la misma. Se han encontrado pinturas policromadas en rocas del Sáhara, que datan del Paleolítico, de representaciones de lo que parecen ser hongos del género Amanita, probablemente de la especie muscaria.

    El hongo crece de forma natural en las tierras altas de Mesoamérica y algunos mitos y esculturas que representan hongos sugieren la utilización de la A. muscaria en Guatemala y México meridional en la época de creación de la civilización maya, hacia el 1500-1000 a. n. e. Se han encontrado algunas similitudes simbólicas en poblaciones guatemaltecas y asiáticas con relación a la creencia de que el hongo nace en los lugares donde caen los rayos. Estos paralelismos se explican por las migraciones que pudieron ocurrir desde el continente asiático hacia el americano a través del estrecho de Bering, y así se habría transmitido el conocimiento sobre el uso de la A. muscaria.

    También en Norteamérica hay evidencias de su uso por parte de las tribus Dogrib Athabascan, en las montañas Mackenzie, en Canadá, así como en las prácticas ceremoniales de los indios Ojibwa y Ahnishinuabeg en la zona de los lagos de Michigan, en Estados Unidos, que conocían la A. muscaria con el nombre de miskwedo y cuyas prácticas han sobrevivido hasta como mínimo a finales del siglo XX.

    El primer informe occidental sobre el uso de A. muscaria lo hizo Filip Johan von Strahlenberg, un militar sueco que en 1730 estuvo preso durante doce años en Siberia. Observó cómo la A. muscaria era utilizada como un intoxicante en contextos chamánicos. Actualmente las tribus Ostyak y Vogul, al oeste de Siberia, y las tribus Kamchadal, Koryak y Chukchi en el este, siguen utilizando la A. muscaria en sus ritos.

    Estas tribus siberianas solamente disponían de la A. muscaria como sustancia intoxicante hasta la introducción del alcohol por parte de los rusos. Recogían la amanita, la secaban al sol y la consumían o bien entera, o bien en una extracción con agua o leche de reno, o mezclada con jugos de algunas plantas para endulzar su sabor.

    En estas tribus existía la costumbre de consumir la orina de aquellas personas que habían comido A. muscaria, puesto que aprendieron que los alcaloides de la amanita se eliminan inalterados a través de la orina, de manera que siguen activos y pueden ser reutilizados hasta por cuatro o cinco ciclos.

    La Amanita pantherina, por su parte, es utilizada por algunos grupos nativos de Norteamérica con fines mágico-religiosos en la zona del oeste del Estado de Washington.

    Composición química y dosificación

    La Amanita muscaria contiene una gran cantidad de alcaloides y su farmacología es compleja y no totalmente comprendida. Los alcaloides más relevante son el ácido iboténico, el muscimol, la muscarina y la muscazona.

    Durante tiempo se creyó que la muscarina era el alcaloide psicoactivo de la amanita, pero en 1964 investigadores independientes en Japón, Inglaterra y Suiza aislaron el ácido iboténico y el muscimol, y descubrieron sus propiedades psicoactivas. La muscarina resulta ser el alcaloide responsable de los efectos no deseados y de la sensación de intoxicación (malestar, molestias estomacales y vómitos).

    La cantidad y proporción de alcaloides contenidos en la seta depende de diversos factores. Setas recogidas a mayor altura parecen tener mayor concentración de ácido iboténico/muscimol, y hongos recogidos a menor altura, más cantidad de muscarina.

    El ácido iboténico es una molécula más bien inestable, que se convierte en muscimol por acción de la temperatura y otros factores. De esta forma, el hongo seco suele ser más potente que el hongo fresco, puesto que durante el secado, el ácido iboténico se descarboxila en muscimol. El ácido iboténico tiene efectos estimulantes, mientras que el muscimol tiene efectos más depresores.

    Dosis de ácido iboténico: este alcaloide provoca efectos psicoactivos en dosis de 50-100 mg.

    Dosis de muscimol: dosis equivalentes están en los rangos de 10-15 mg. Por tanto, el muscimol es más potente que el ácido iboténico.

    Dosis de Amanita muscaria: las concentraciones de alcaloides son muy variables en función de la altura y el ecosistema específico en donde crece la seta. Por tanto, la dosificación es muy difícil de precisar y las dosis aquí indicadas son meramente orientativas.

    Dosis baja: un sombrero de tamaño pequeño o mediano.
    Dosis media: de 1 a 3 sombreros de tamaño mediano.
    Dosis alta: 2 o más sombreros de tamaño mediano.

    Efectos

    Tanto el muscimol como el ácido iboténico provocan efectos psicotrópicos. Tras su administración por vía oral, los efectos tardan bastante tiempo en aparecer, y en general hacen falta de dos a tres horas para alcanzar los efectos máximos. La duración de los efectos se prolonga durante unas 6 u 8 horas, en función de la dosis.

    La naturaleza de los efectos puede ser muy variable, también en función de la dosis, así como de la variedad y de las diferencias personales.

    Los efectos pueden incluir:

    • Una primera fase en la que hay estimulación, mayor energía y vigor muscular (no siempre).
    • Una segunda fase en la que hay decaimiento, tranquilidad y somnolencia.
    • Una tercera fase en la que aparecen los efectos psicodélicos y puede haber experiencias de naturaleza mística, conocimiento de realidades no ordinarias, sensaciones beatíficas o terroríficas.
    • Distorsiones visuales.
    • Pérdida del equilibrio.
    • Espasmos musculares.
    • Experiencias de naturaleza onírica.
    • Mareo.
    • Alteración visual y auditiva.
    • Dificultades de concentración en tareas externas.
    • Sensación de macropsia o micropsia (percibir los objetos muy grandes o muy pequeños).
    • Náusea y vómitos.

    Tanto la Amanita muscaria como la A. pantherina contienen ácido iboténico y muscimol, si bien cada una de las especies contiene dichos principios activos en diferente concentración, por lo que la intoxicación es también diferente. La A. muscaria contiene más ácido iboténico excitador y menos muscimol depresivo en comparación con la A. pantherina. Por ello, las intoxicaciones con A. muscaria presentan cuadros de más confusión y agitación en comparación con las intoxicaciones con A. pantherina, que presentan más comúnmente síntomas comatosos.

    Estatus legal

    La A. muscaria, y las otras variedades de Amanita, no están controladas en la mayoría de los países.

    Sin embargo en Holanda y el Reino Unido, la posesión, la compra y la venta están prohibidas. En Rumanía, la A. muscaria también está prohibida desde 2010. Anteriormente se podía recoger y vender y estaba disponible en smart shops.

    Salud y reducción de riesgos

    Es imprescindible realizar una identificación precisa de los hongos, ya que existen variedades diferentes que pueden variar en potencia, y hay otras especies que pueden confundirse con la Amanita muscaria y, sobre todo, con la A. pantherina, que son letales, como es el caso de la A. phalloides.

    A. muscaria: puede alcanzar hasta los 18 cm de alto, tiene el sombrero de color rojo (o naranja en especímenes más viejos) y suele tener puntos blancos. Las láminas bajo el sombrero son de color blanco.
    A. pantherina: similar a la A. muscaria, pero el sombrero suele tener un color que va desde el crema hasta el marrón. Puede confundirse también con la A. rubescens (comestible).
    A. phalloides (MORTAL): este hongo altamente venenoso tiene el sombrero de color blanquecino o verdoso. No suele tener puntos blancos en el sombrero.

    Formas de uso
    Tradicionalmente se ha lavado y secado la A. muscaria tras su recolección, y el pie suele desecharse, dado que puede contener gran cantidad de larvas. El secado es recomendable para reducir molestias intestinales. La seta seca puede comerse directamente, o troceada, o puede hacerse una infusión con agua caliente, filtrarla y beber el agua. Parece que el segundo método reduce las molestias estomacales.

    Los efectos de la A. muscaria pueden tardar hasta unas 2 o 3 horas en aparecer. Por ello, se recomienda tener precaución con la cantidad ingerida (no más de un sombrero pequeño o mediano), y esperar unas horas para ver la evolución de los efectos. La potencia de los hongos puede ser muy variable, así que hay que ser prudente en la dosificación.

    Hay algún reporte anecdótico de chamanes mexicanos de la utilización de la cutícula (la piel roja del sombrero), que se separa del resto del sombrero mientras el hongo está fresco, se deja secar y luego se fuma. Por esta vía los efectos aparecen más rápidamente y su duración es menor, aunque no hay descripciones exhaustivas ni de dosificación ni de efectos. Parece que la intensidad es menor que cuando se ingiere el hongo.

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    Tags: información , Amanita muscaria , medicina tradicional

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