Igor Domsac | 23 junio 2025
Por primera vez en la historia, los pueblos originarios que han custodiado los conocimientos tradicionales en torno a la ayahuasca cobrarán protagonismo en un espacio internacional con poder real de decisión. En septiembre de 2026, la ciudad catalana de Girona servirá de sede al primer Foro Mundial de la Ayahuasca, un encuentro que marcará un hito histórico en el reconocimiento del papel central que juegan las comunidades indígenas en los procesos globales vinculados a sus saberes, territorios y prácticas espirituales.
Organizado conjuntamente por el Instituto Yorenka Tasorentsi y ICEERS, el encuentro reunirá a representantes de diversos pueblos indígenas de varios continentes, así como a investigadores, profesionales de la salud, facilitadores, defensores de derechos humanos y responsables políticos. El objetivo: establecer un espacio de diálogo equitativo donde puedan abordarse de forma plural los desafíos, tensiones y oportunidades que plantea la expansión contemporánea de la ayahuasca en contextos tanto tradicionales como no tradicionales.
Este foro se inscribe en una trayectoria de casi dos décadas de internacionalización del debate sobre la ayahuasca, marcada por encuentros clave, como las cinco ediciones de la Conferencia Indígena sobre la Ayahuasca o las tres ediciones de la World Ayahuasca Conference, organizadas por ICEERS, que reunieron a miles de personas en Ibiza (2014), Rio Branco (2016) y Girona (2019), y que ayudaron a situar en el mapa global la complejidad de las prácticas y cosmovisiones de esta medicina.
Un proceso con raíces profundas
Este encuentro nace como resultado de un proceso colectivo que se viene gestando desde hace décadas. La iniciativa fue respaldada por representantes indígenas durante el V Congreso Indígena de la Ayahuasca, celebrado en Brasil en 2025, donde se expresó la necesidad de generar un foro mundial entre los pueblos originarios y otros actores involucrados en la circulación actual de la ayahuasca. «Los pueblos reunidos rechazan la comercialización descontrolada de la ayahuasca y denuncian la creciente mercantilización de sus saberes y prácticas. Exigen que los gobiernos y las instituciones internacionales respeten el derecho a la consulta previa, libre e informada, y que se fortalezcan los mecanismos de protección de la propiedad intelectual indígena», afirmaban en su carta de clausura.
El foro de Girona busca trascender el modelo habitual de congresos académicos o científicos, dando un giro hacia una gobernanza que se construya desde abajo, desde los territorios y desde los vínculos entre comunidades. Pero además de su enfoque comunitario, este encuentro también rompe con una dinámica frecuente en eventos del ámbito psicodélico: la fragmentación en burbujas sectoriales. A diferencia de lo que ocurre en muchos congresos, el foro apuesta por generar espacios de diálogo transdisciplinar e intercultural. El objetivo es que representantes indígenas y no indígenas, así como profesionales de diferentes sectores, puedan escucharse, debatir y aprender mutuamente fuera de sus zonas de confort.
El evento se presentó en la Psychedelic Science Conference 2025 en Denver, que tuvo lugar del 16 al 20 de junio en el Colorado Convention Center. Esta quinta edición congregó a más de 7.000 asistentes y contó con alrededor de 500 ponentes en temas que incluían la terapia, la ética, la seguridad y el uso de plantas medicinales como la ayahuasca. El acto inaugural incluyó un homenaje a las tradiciones indígenas a través de una ceremonia de reconocimiento de tierras y oraciones, destacando que las plantas tienen espíritu propio y deben ser «respetadas en todo momento». Este enfoque multicultural y respetuoso subrayó la urgencia de dotar de poder real a los pueblos originarios en las decisiones globales que afectan a sus prácticas y saberes tradicionales.
Desafíos globales, respuestas comunitarias
La expansión de la ayahuasca más allá de sus territorios originarios enfrenta retos crecientes que van desde la preservación ambiental hasta la defensa de los derechos culturales. La presión sobre los recursos naturales ha desencadenado iniciativas para promover una cosecha sostenible y evitar el desequilibrio ecológico. Al mismo tiempo, el aumento de retiros urbanos ha suscitado preocupaciones relativas a la apropiación cultural sin vincularse adecuadamente a las comunidades que las originan. Esta dinámica se ve agravada por el crecimiento sostenido del turismo hacia regiones amazónicas y otras zonas indígenas, donde cada vez más personas viajan en busca de experiencias con ayahuasca. Este fenómeno, si bien genera ingresos económicos, también está creando tensiones culturales, transformaciones en las prácticas tradicionales y riesgos ecológicos por la sobreexplotación de plantas y territorios que no siempre están preparados para asumir una demanda global de esta magnitud.
Además, la legalidad de la ayahuasca varía considerablemente de un país a otro. Aunque no figura como sustancia controlada en los tratados internacionales, en la práctica se han producido detenciones y juicios en diversos países, creando tensiones entre legislación y derechos religiosos o culturales. Por otra parte, los casos de malas prácticas en ceremonias —incluidos abusos de confianza o errores de protocolo— han evidenciado la necesidad de marcos éticos sólidos y la formación profesional de las personas facilitadoras.
Frente a este panorama complejo, el foro de Girona aspira a construir una respuesta comunitaria articulada y multisectorial. Los debates incluirán la definición de protocolos éticos interculturales, el establecimiento de estrategias de conservación ecológica, y la elaboración de propuestas regulatorias que reconozcan los derechos de los pueblos originarios, los contextos ceremoniales y las prioridades de salud pública, fomentando diálogos entre legisladores, científicos y líderes tradicionales.
El rol de ICEERS
Para ICEERS, participar en la coorganización de este foro representa una oportunidad para profundizar en su misión institucional: acompañar el diálogo entre culturas, contribuir a la reducción de riesgos, promover políticas públicas basadas en derechos humanos y proteger las prácticas tradicionales frente al estigma, la criminalización y los efectos de la biomedicalización. En un contexto donde aumentan las presiones para extraer compuestos, registrar patentes y traducir saberes ancestrales a marcos biomédicos sin participación real de sus custodios, el foro permite reforzar un enfoque que prioriza la ética, la reciprocidad y el respeto a los derechos colectivos de los pueblos originarios. También constituye una ocasión para cuestionar los modelos de apropiación cultural y para defender la integridad de las prácticas rituales en sus contextos tradicionales y en sus adaptaciones legítimas, siempre desde el vínculo con quienes han sostenido estos conocimientos por generaciones.
A lo largo de los últimos quince años, ICEERS ha liderado estudios científicos pioneros sobre ayahuasca, ha desarrollado programas de formación sobre buenas prácticas, ha prestado asistencia legal a cientos de personas criminalizadas injustamente, y ha facilitado herramientas como el Ayahuasca Defense Fund o el curso de AyaSafety. Su experiencia supondrá una parte integral de un proceso que requiere sensibilidad intercultural, capacidad de articulación y escucha activa. La trayectoria de ICEERS en la generación de evidencia científica, la elaboración de guías de buenas prácticas y la organización de espacios multilaterales, como la World Ayahuasca Conference, constituye un aporte fundamental para que este foro ejerza un impacto real y mantenga su continuidad en el tiempo.
Un camino hacia la gobernanza compartida
El foro de Girona no representa un punto de llegada, sino el inicio de una nueva etapa. Entre sus objetivos a medio plazo se incluye la creación de una estructura permanente de coordinación entre pueblos originarios y alianzas institucionales. Un ejemplo es el Consejo de Liderazgos Espirituales Indígenas (CLEI), previsto para consolidarse en 2027 como un espacio representativo que articule voces indígenas con redes aliadas a escala internacional. Este tipo de iniciativa busca sostener, más allá del evento en sí, un proceso continuado de colaboración, incidencia y toma de decisiones en torno a las prácticas tradicionales con plantas psicoactivas y su lugar en el mundo contemporáneo.
Se trata de imaginar un futuro en el que la expansión de la ayahuasca no reproduzca lógicas coloniales ni mercantiles, sino que se guíe por los principios del respeto, la reciprocidad, la autodeterminación y la justicia. Donde los conocimientos ancestrales sean reconocidos como fuentes legítimas de sabiduría, y donde las decisiones que afectan a la planta y sus prácticas no se tomen sin quienes han cuidado de ella durante generaciones.
En Girona, en 2026, los pueblos originarios no sólo compartirán su mensaje: también vendrán a escuchar. Se trata de un encuentro entre mundos, donde tradiciones milenarias y saberes contemporáneos se miren de frente, sin jerarquías ni apropiaciones. El foro marcará un precedente: no como un evento aislado, sino como punto de partida para una nueva forma de construir diálogo, regulación y cuidado en torno a las plantas medicinales. Porque la globalización sin escucha significa extractivismo, pero con reciprocidad puede convertirse en alianza.
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