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    José Carlos Bouso ICEERS integración de saberes

    La integración de saberes en los sistemas de salud

    12.06.2025
    Francisco Gómez | 12 junio 2025

    Un paciente recibe una sustancia psicodélica en el entorno controlado de un hospital. Una persona comparte la misma experiencia, pero en una sala comunitaria, rodeada de otras personas y guiada por un facilitador, en un contexto tradicional. Estas dos escenas condensan el contraste —y la tensión— entre dos formas de entender el cuidado, el conocimiento y la sanación.

    Éste fue el punto de partida de la conferencia que el doctor José Carlos Bouso, director científico de ICEERS, ofreció el pasado 22 de mayo en The Cover Club de Barcelona, en el marco del ciclo organizado por Growth Lab. Bajo el título «The Science & History of Psychedelics», Bouso exploró las bases neurobiológicas del uso de psicodélicos, su historia y los desafíos que plantea su integración en el modelo biomédico occidental.

    Evidencia científica

    La presentación abordó primero la clasificación de los compuestos clásicos —como la psilocibina, la LSD, la mescalina o la MDMA— y explicó su mecanismo de acción, basado principalmente en la activación del receptor 5-HT2A. Este receptor, vinculado a la regulación del estado de ánimo, la percepción y la consciencia del yo, resulta clave para entender los efectos que generan estas sustancias. En modelos animales, por ejemplo, se observa el fenómeno conocido como «respuesta de sacudida de cabeza», un marcador conductual del efecto agonista serotoninérgico.

    El doctor Bouso analizó también los avances científicos que documentan cómo los psicodélicos impactan en el cerebro humano: reducción de la actividad de la amígdala (vinculada al miedo), aumento de la oxitocina (relacionada con la empatía y el vínculo) y mayor conectividad en regiones implicadas en la regulación emocional.

    Sin embargo, el núcleo de su intervención giró en torno a una pregunta fundamental: ¿qué formas de conocimiento y cuidado reconocemos como válidas? Mientras algunas sustancias se abren camino hacia la aprobación regulatoria en contextos médicos y altamente protocolizados, otras continúan bajo normativas que criminalizan las prácticas tradicionales. Bouso denominó a este desequilibrio «la paradoja de los psicodélicos»: por un lado, una medicina occidental que los presenta como tratamientos individuales, medicalizados y gestionados por la industria farmacéutica; por otro, una práctica colectiva, ancestral y orientada a la transformación comunitaria.

    La integración de saberes frente al modelo biomédico

    El doctor Bouso cerró con una reflexión sobre los desafíos del momento actual. Según sus propias palabras, el avance clínico en el estudio de los psicodélicos no debería marginar los contextos tradicionales ni imponer un único modelo de uso. El investigador planteó la necesidad de un marco que permita la convivencia entre prácticas médicas y prácticas culturales, y que reconozca derechos colectivos vinculados a estos saberes.

    El director científico de ICEERS reivindicó el enfoque de nuestra organización, subrayando la necesidad de incorporar una comprensión más compleja y diversa de lo que entendemos por evidencia científica, ampliando —y no estrechando— los caminos desde los cuales accedemos al conocimiento, desde una perspectiva crítica y rigurosa. Para Bouso, hacer confluir las diversas visiones en torno a los psicodélicos y sus usos medicinales supone la clave para plantar cara a los difíciles desafíos que la sociedad occidental enfrenta en materia de salud mental.

    El doctor en Farmacología por la Universidad Autónoma de Barcelona subrayó que, en su opinión, Occidente atraviesa una auténtica «epidemia de soledad», que no está siendo abordada de forma adecuada por los enfoques científicos y farmacológicos dominantes. Prueba de esto es la creciente preocupación por parte de gobiernos como el de Reino Unido o Japón, que se han visto obligados a crear un Ministerio de la Soledad, en 2018 y 2021, respectivamente.

    La intervención finalizó con un llamamiento a renovar nuestra mirada: abrirnos a aprender de culturas que han desarrollado, durante siglos, formas complejas de acompañamiento y empleo medicinal de plantas psicoactivas. Desde esta perspectiva, ICEERS trabaja para fomentar una integración ética y sostenible de estas prácticas en nuestras sociedades, siempre desde el respeto a los derechos colectivos y los saberes tradicionales.

    Categories: Eventos , Noticias , Noticias
    Tags: medicina tradicional , plantas psicoactivas , salud pública , salud mental , psicodélicos