¿Qué es la farmahuasca? ¿Podría ser un sustituto decente del brebaje sagrado del Amazonas, la ayahuasca? Todo lo que sabemos sobre lo que hace que la ayahuasca sea ayahuasca.
En la década de los noventa, en los festivales de música psicodélica circulaban tapones de gel con el nombre de «farmahuasca» que brillaban con misteriosas sustancias marrones y amarillas en su interior. Sus vendedores solían afirmar que las cápsulas ofrecían los mismos efectos potentes que el brebaje sagrado del Amazonas, la ayahuasca, pero sin ninguna de las nauseabundas cualidades purgantes que se le asocian.
La afirmación era parcialmente marketing y no era del todo cierta. Las cápsulas contenían extractos de las mismas sustancias químicas, o similares, que se encuentran en la bebida ayahuasca, y se sabe que estos extractos a veces también inducen problemas estomacales. Mientras que los chamanes de la ayahuasca en la selva amazónica enfocan la purga como un ritual sagrado de limpieza, a los psiconautas seguramente no les apetezca vomitar por toda la pista de baile de los festivales de música.
Hay muchos tipos diferentes de farmahuasca y muchas formas diferentes de tomarla. Algunas son más recreativas y otras tienen una intención más espiritual o terapéutica. Pero lo primero es lo primero: ¿qué son exactamente estas «variantes de la ayahuasca»?
Los términos anahuasca o farmahuasca se refieren a los intentos de réplica farmacéutica de la bebida ayahuasca. Imitando la química que se encuentra en la ayahuasca, los psiconautas de todo el mundo fabrican sustancias que pretenden replicar los efectos del brebaje sin tener que visitar el Amazonas o participar en una ceremonia genuina de ayahuasca en cualquier otro lugar.
¿Cómo puede emularse la ayahuasca?
La ayahuasca se elabora tradicionalmente mezclando la liana Banisteriopsis caapi, que contiene los alcaloides psicoactivos betacarbolínicos harmalina, harmina y tetrahidroharmina (THH), junto con otra planta, que contiene moléculas de DMT, siendo las más utilizadas la Psychotria viridis (chacruna) y, con menor frecuencia, la Diplopterys cabrerana.
Los alcaloides betacarbolínicos de la liana B. caapi son inhibidores de la monoaminoxidasa (IMAO), es decir, detienen la acción de las enzimas de la monoaminoxidasa (MAO) dentro de nuestro revestimiento estomacal, que son responsables de descomponer y metabolizar las moléculas de DMT. Este proceso químico hace posible que la DMT ingerida por vía oral permanezca intacta y atraviese la barrera hematoencefálica, logrando los efectos psicodélicos visionarios por los que se conoce la bebida.
Así es, en esencia, como funciona la ayahuasca. Sin embargo, es importante saber que aunque se ha investigado ampliamente la química que hay detrás de la ayahuasca, no llega a entenderse del todo. Las β-carbolinas y la DMT son el esqueleto del brebaje; hay una miríada de compuestos más tanto en los constituyentes principales de la ayahuasca como en sus muchas mezclas posibles, que dan a esta bebida toda su calidad psiconáutica y espiritual.
Para imitar los efectos de la ayahuasca, se utiliza un preparado de farmahuasca que incluye tanto los IMAOs como la DMT. El análogo más común de la B. caapi es un extracto de resina de la propia liana o la mezcla de los tres alcaloides extraídos. La resina contendrá un espectro más completo de compuestos de la liana en comparación con los alcaloides puros.
Otra alternativa bastante utilizada son las semillas de ruda siria o Peganum harmala, una planta perenne que se encuentra en el norte de África, Europa y Asia, con una larga historia de uso sacramental por parte de zoroastrianos, egipcios y otras culturas antiguas. Contiene los mismos alcaloides que la B. caapi, aunque en diferentes concentraciones y proporciones, lo que significa que no constituye un sustituto equivalente 100% a la ayahuasca.
En cuanto a la DMT, normalmente se prefiere un extracto cristalizado, aunque ciertas plantas del género Mimosa o Acacia pueden utilizarse como ingredientes que contienen DMT cuando están disponibles. Ambos elementos pueden disolverse en una bebida cítrica, si se trata de extractos, o hervirse en un té, si se utiliza materia vegetal real. Las soluciones/tés se ingieren juntos, o la parte de DMT se toma unos 15 minutos después del IMAO.
La experiencia de la farmahuasca se produce gradualmente, con la aparición de los efectos visuales después de unos 30 minutos. Dura de dos a cuatro horas, y es posible que se produzcan náuseas/diarrea pero, según innumerables informes anecdóticos, no son tan comunes ni intensas como con la ayahuasca real. Dependiendo del IMAO que se haya utilizado, la calidad de la experiencia varía desde un viaje cósmico tipo DMT con intensos efectos visuales hasta un viaje menos visual, más personal y emocionalmente significativo. Sin embargo, parece haber un consenso entre los usuarios de farmahuasca de que las experiencias psicodélicas con preparados analógos no parecen alcanzar las alturas y profundidades de las experimentadas con la ayahuasca real en un entorno ritual. Muchos factores, aparte de la propia sustancia, determinan cómo se desarrolla cualquier experiencia psicodélica, especialmente las expectativas, las creencias y el contexto. Más adelante hablaré de ellos.
La farmahuasca frente a la ayahuasca
Quizás el principal beneficio de crear y tomar análogos químicos de la ayahuasca es que proporcionan una oportunidad para el rito autónomo e independiente. No todo el mundo tiene el tiempo y los medios económicos para volar a otro continente con el fin de participar en un retiro, y algunos también pueden tener ansiedad de viajar, especialmente a tierras tan lejanas. Las ceremonias que se organizan fuera del Amazonas también pueden presentar un desafío logístico, además de ser casi globalmente ilegales.
Algunas personas comentan que la anahuasca permite utilizar plantas locales y tener una experiencia similar en la comodidad de tu propio lugar, en el tiempo libre de cada uno, y con menos miedo a los problemas legales en comparación con el contrabando de sustancias a través de las fronteras. Obviamente, la parte de DMT de la anahuasca también es ilegal, y la posesión o importación (pedir los extractos) desde otro país puede significar pena de cárcel. Sin embargo, como estos riesgos parecen ser menores que volar con plantas ilegales en la maleta, algunas personas consideran que la logística de la anahuasca supone una de sus principales ventajas.
Aparte de estos argumentos organizativos, se ha demostrado que ingerir sólo los compuestos extraídos conlleva un peaje corporal más liviano que beber la ayahuasca genuina. La ayahuasca es bien conocida por las náuseas y la purga que puede inducir en el bebedor, y estos efectos pueden ser considerados como indeseables, o francamente desagradables por algunos.
Las investigaciones sugieren que las purgas pueden deberse al aumento de los niveles de serotonina en el intestino. Sin embargo, como el aumento de serotonina es causado de la misma manera tanto por la ayahuasca como por la farmahuasca, es más probable que pueda atribuirse a algunos de los innumerables compuestos de las plantas que componen una bebida de ayahuasca. En cualquier caso, es menos probable que la farmahuasca provoque purgas.
Por último, la farmahuasca permite al usuario ajustar la proporción de los ingredientes activos y, en cierto modo, personalizar su experiencia psiconáutica. Los tres alcaloides principales que se encuentran en la liana B. caapi tienen cada uno sus efectos suaves, pero psicoactivos. Se pueden ingerir individualmente para formarse una mejor idea de lo que hacen y para elegir cuál o cuáles deben estar presentes en la mezcla de farmahuasca y en qué medida. En este estudio se puede encontrar una descripción detallada de los efectos farmacocinéticos y fisiológicos de estos alcaloides.
En cuanto a los efectos subjetivos, la harmina y la tetrahidroharmina (THH) tienen efectos de potencia similar pero de cualidades diferentes. La harmina crea un estado mental no emocional, soñador, pero claro, mientras que la THH provoca un estado emocional agradable acompañado de un agradable cosquilleo corporal. La harmalina es la más potente, aproximadamente el doble que la harmina o la THH. Induce un estado onírico, hipnótico y emocionalmente distante, similar al de la harmina, pero más nebuloso y desorientador. También es la más psicoactiva de las tres. Un pionero estudio muy interesante llevado a cabo por el decano de la investigación en terapias psicodélicas, el doctor Claudio Naranjo, demostró que la harmalina puede inducir motivos visionarios que se asemejan a los de los viajes con ayahuasca, como serpientes, pájaros y grandes felinos en usuarios sin experiencia con la ayahuasca ni conocimientos previos de la tradición indígena amazónica.
La manipulación de las proporciones de la dosis puede producir experiencias muy diversas, y la principal diferencia radica en la dimensión de la sedación frente a la lucidez. Un poco de sedación es buena para mantener la calma y evitar el pánico, pero demasiada puede oscurecer una visión profunda, clara y memorable. Además, ciertos alcaloides, en determinadas dosis, pueden inducir náuseas, que también pueden regularse. La experimentación, por tanto, puede llevar a encontrar un equilibrio individual perfecto de alcaloides, que maximice los beneficios y minimice los efectos secundarios. Una proporción probada y verdadera para empezar sería una mezcla 2:1:1 (THH:harmina:harmalina).
Tomar los IMAOs por separado y luego consumir la DMT poco después proporciona el beneficio adicional de dosificar el contenido visionario también. Los alcaloides ingeridos inhiben a las enzimas MAO de descomponer las moléculas de DMT durante varias horas, por lo que se puede tomar más DMT gradualmente para ajustar la intensidad de la experiencia o prolongarla hasta que los propios alcaloides ya no estén activos.
La ayahuasca frente a la farmahuasca
Los mismos argumentos utilizados a favor de la anahuasca pueden ser vistos a través de un lado diferente del proverbial prisma enteógeno. Como diría el gran Timothy Leary, set, setting y sustancia son los elementos esenciales que componen una experiencia psicodélica. Los tres pueden quedar en entredicho si se elige la opción farmacológica en lugar de un viaje de inmersión en el Amazonas.
El entorno de la selva tropical en el que se bebe ceremonialmente la ayahuasca presenta una amalgama de condiciones favorables para asumir el estado mental propicio para aprovechar todo lo que el brebaje tiene que ofrecer. En primer lugar, salir de la zona de confort es un paso necesario para abrirse y hacerse vulnerable al trabajo espiritual profundo. Conocer la cultura indígena de la que procede la medicina sagrada permite establecer una conexión más tangible con ella. Aprender acerca de la reverencia de los pueblos indígenas por la Planta Maestra puede inculcar la humildad y el aprecio necesarios para obtener una visión profunda de ella. Ir a la selva demuestra una buena disposición hacia los espíritus, lo que quizá aumente la posibilidad de ganarse su favor; también puede acercar al buscador a su objetivo.
Sentarse en una ceremonia con un poderoso chamán que pueda establecer un espacio protegido y catalizar la conexión con el reino de los espíritus puede abrir mundos increíbles por los que el espíritu del bebedor puede vagar libremente y con seguridad. Encontrarse en un retiro con compañeros de ideas afines ofrece la oportunidad de participar en una comunidad de apoyo, lo que permite una mejor integración. Estas, y otras innumerables razones, son las que hacen que una experiencia completa de ayahuasca en el Amazonas sea incomparable con cualquier intento de emulación. Todo esto suena muy bien, excepto por el hecho de que los retiros de ayahuasca y los viajes al Amazonas son muy caros y constituyen un privilegio que la mayoría de la gente no puede permitirse.
Si no se hace el esfuerzo de acudir a la ayahuasca y participar en un proceso de nutrición del alma en su lugar de origen, y en cambio se opta por un análogo químico que puede pedirse por Internet y entregarse en la puerta de casa, es posible entrar en la experiencia con una mentalidad que no resulta óptima para algo que llama a la devoción y comprensión plenas de su carácter sagrado.
Yendo más allá, la purga en sí misma, aunque resulte repulsiva para algunos, se considera un aspecto integral de la experiencia de la ayahuasca en muchas comunidades indígenas. En algunas partes del Amazonas, el brebaje se conoce como «la Purga». Los efectos eméticos de la ayahuasca son importantes para los pueblos indígenas porque así es como la medicina ayuda a sus bebedores a deshacerse de toxinas y parásitos. La investigación antropológica tanto del chamanismo clásico peruano como de las corrientes neochamánicas de Australia muestra que la purga también representa un aspecto muy relevante de la vertiente terapéutica del uso de la ayahuasca.
Por último, el propio brebaje, cuando es preparado por un chamán bien formado y experimentado, se convierte en un producto de amor, conocimiento, conexión y poder. Aparte de la abundancia de compuestos «selváticos» que la convierten en una poción de amplio espectro, hay muchos elementos menos tangibles que se unen para crear la medicina sagrada que es la ayahuasca. Estos elementos la ponen fuera del alcance de cualquier análogo hecho por cualquiera que no tenga el entrenamiento necesario y el permiso de la Planta Maestra para manejar sus poderes.
La bebida tradicional de la ayahuasca, en plena elaboración: Banisteriopsis caapi y Psychotria viridis en ebullición. Crédito de la imagen: Dominik Janus.
Hay que tener en cuenta la cosecha sacramental de ingredientes que incluye la comunión espiritual con las plantas, las horas de cocción lenta, las oraciones impregnadas en el brebaje, la receta y la forma de preparación únicas de cada chamán, la conexión que su familia y su comunidad tienen con los espíritus de la selva y su tierra. Aunque estos y otros factores similares no pueden ser examinados científica u objetivamente, son los que dan forma a la ayahuasca para convertirla en el recipiente del espíritu encarnado que nos cura y nos enseña sobre la vida.
La intención ante todo
Aun así, parece que al considerar las diferencias entre la ayahuasca y la anahuasca o la farmahuasca, los aspectos más importantes son si se tiene una intención clara de recalibración y crecimiento espiritual. Con la mentalidad adecuada y la elección de un entorno propicio (que no tiene por qué ser necesariamente en medio del Amazonas), una medicina preparada con la intención correcta, ya sea elaborada por un chamán o mezclada con zumo de limón por uno mismo, se convierte en una poderosa herramienta para realizar un profundo trabajo interior.
Muchas personas no están preparadas psicológicamente para tomar psicodélicos (quizás especialmente la ayahuasca) sin guías o profesionales. Deberíamos abordar la toma de estas poderosas sustancias con precaución y dedicación, no sólo para reducir los riesgos, sino también porque una mente y un corazón cuidadosos que fomenten las intenciones correctas y la humildad solemne pueden abrir las puertas fructíferas de la transformación positiva, independientemente de cómo se hayan cultivado o preparado los productos químicos propiamente dichos.
Artículo original de Xavier Francuski en Khapi.