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    Joshua Bloom ICEERS interview

    De la ONU al Sáhara: la labor de Joshua Bloom en defensa del medio ambiente y la sabiduría indígena

    21.05.2024

    Joshua Bloom lleva años trabajando como voluntario en ICEERS. Le apasionan la microbiología, la genética y las aplicaciones terapéuticas de los psicodélicos para tratar el trastorno por uso de sustancias y el TEPT. Capturó momentos clave en la sede de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra y en la World Ayahuasca Conference en 2019. Tras obtener un máster en Neurociencia y Psicología, Joshua se dedicó a la fotografía freelance para explorar culturas y consciencias globales, y fundó el proyecto Reality in Bloom.

    Actualmente, Josh vive en Suiza con su familia y trabaja en el sector informático. También es un ávido corredor de maratones. En abril, Josh corrió el agotador Maratón Des Sables, de 250 kilómetros, en el desierto del Sahara marroquí, para recaudar fondos para ICEERS y la organización brasileña sin ánimo de lucro RAIN Reforest. Josh es un apasionado de la creación de alianzas interculturales, la conservación del medio ambiente y el trabajo conjunto al servicio de la Madre Naturaleza para apoyar a las generaciones futuras. Nuestra organización está profundamente agradecida por sus esfuerzos y seguirá alentando sus continuos progresos.

    ICEERS entrevistó a Josh después de su logro para saber más sobre su labor en defensa de la medicina vegetal, cómo fue completar el ultramaratón y sus esperanzas para el futuro.

    Esta entrevista ha sido editada para mayor claridad y brevedad.

    ¿Puedes contarnos algo más sobre tu trabajo documentando los eventos de ICEERS y sobre cómo tu interés por la fotografía ha influido en tu comprensión de los asuntos que te preocupan?

    Conocí al cofundador de ICEERS, Benjamin De Leonen, hace unos ocho años en una conferencia en Italia, donde ofreció una ponencia y presentó un documental que había filmado sobre el consumo de iboga en Gabón. Lo entrevisté. Unos meses después me invitó a acudir como fotógrafo a la Semana de los Derechos Indígenas de las Naciones Unidas en Ginebra. Fue un acontecimiento increíble, que tuvo un profundo impacto en lo que yo sentía que era hacia lo que tenía que orientar más mi vida. Ocurrió una circunstancia muy potente, que me siento obligado a compartir. Benki, que es uno de los líderes de la tribu ashaninka, cuyo territorio se extiende entre Perú y Brasil, subió al estrado y se dirigió a todo el auditorio. Estaba lleno de embajadores y líderes tribales indígenas de todo el mundo ataviados con sus trajes tradicionales. Hizo que todo el auditorio se pusiera en pie. La mitad de la gente llevaba traje. Empezó a cantar un ícaro y resultó extremadamente poderoso. Todo el mundo estaba de pie con los ojos cerrados y las manos en el corazón. Sentí que ahí es donde tenemos que estar, colaborando con los indígenas porque son los únicos del planeta que viven en armonía con la naturaleza.

    El estilo de vida occidental está dañando el medio ambiente hasta tal punto que no se va a poder reparar. Por eso he seguido trabajando con ICEERS a lo largo de los años. Creo en su visión y apoyo los proyectos que han puesto en marcha, como el Ayahuasca Defense Fund. Han ayudado a muchas personas a salir de situaciones difíciles, muchas de las cuales carecen de medios económicos para obtener el apoyo legal necesario. Algunos de ellos pertenecen a tribus que no hablan el idioma o tienen muy pocos conocimientos sobre el funcionamiento de estos procedimientos legales. El Ayahuasca Defense Fund ha sido fundamental para ayudar a una causa por la que siento una gran pasión.

    A continuación, me invitaron a ser el fotógrafo de la World Ayahuasca Conference en Girona. Fue una conferencia increíble. Asistió gente de todo el mundo. También había muchos miembros de tribus, lo cual era importante. Todo el mundo se mezclaba y compartía sus historias personales sobre cómo la ayahuasca les ha ayudado a ellos, a sus familias y a las comunidades en general.

    ¿Cómo conecta este periplo para correr el ultramaratón en un entorno desértico intenso con tu compromiso más amplio a favor de la sostenibilidad medioambiental y los derechos de los indígenas?

    Hace poco participé en un podcast en el que mencioné que la ayahuasca ha sido para mí una medicina sagrada increíble para sanar en muchos niveles diferentes. Parece que falta integración en las modalidades de terapia psicodélica, concretamente en los métodos disciplinarios para imponer formas de integrar lo que se aprende durante las experiencias. La gente puede ir a un retiro y llenarse de tantos conocimientos, sabiduría y formas de mejorarse a sí mismos, sus vidas y beneficiar a los que les rodean, incluso en el entorno natural. Pero es demasiado fácil volver a caer en los viejos hábitos. Correr ha sido mi forma de mantener la disciplina y no caer en viejos hábitos como la rumiación negativa. Pongo la mente y el condicionamiento occidental a descansar. La ayahuasca ha sido una forma increíble de descondicionarme de la mentalidad occidental. El ultrarunning supone dolor y sufrimiento extremos. Pero también ayuda mucho a dejar ir la mente y nuestras formas condicionadas, alcanzar potenciales más elevados y liberar apegos para destilar nuestros valores fundamentales más profundos.

    Toda mi vida se ha centrado en la naturaleza y siempre ha sido mi máxima pasión. En retrospectiva, me desvié del camino, sobre todo en la adolescencia, cuando me enfrenté a toda la confusión y a las distintas opciones. El condicionamiento occidental en la era moderna actual incluye pantallas por todas partes y muchas distracciones digitales. Alejarse del apego y escuchar al corazón es cada vez más difícil. Eso es lo que correr hace por mí. Siento que va de la mano con el trabajo de la medicina vegetal.

    Has dicho que los encuentros cercanos a la muerte y las experiencias en estados alterados de la consciencia han influido en tu visión del mundo. ¿Podría explicarnos cómo han influido estas experiencias en tus perspectivas sobre la naturaleza y la consciencia?

    Aparte de las experiencias con plantas medicinales y psicodélicas, he tenido varias experiencias cercanas a la muerte. Una vez, sentí como si hubiera pasado al más allá durante varias horas y fuera pura conciencia. Luego volví lentamente. El único tema constante en todas estas experiencias es que me sentí restablecido y renacido. No había miedo y tenía claridad mental. Desde esa posición, es tan obvio lo que importa y a qué dedicar nuestras vidas. Muchos de los objetivos de ICEERS y RAIN Reforest, por los que también he corrido, resuenan en mí. Me siento inquebrantable en mis convicciones, que son congruentes con las de esas dos organizaciones.

    ¿Viviste algún momento de trascendencia o estado alterado de la consciencia durante la carrera?

    Sí, los viví. Salí buscando ese tipo de experiencia. Pero no ocurrió tanto como esperaba porque estás muy concentrado en la misión y el objetivo es llegar a la meta y luego relajarte. Pero en realidad nunca me relajé porque el campamento era muy incómodo, porque hacía un calor sofocante todo el tiempo. Había tormentas de arena y era como una sauna durante el día. Era muy incómodo todo el tiempo. No me apetecían las comodidades. Otros decían que se morían de ganas de tomar un McDonald’s, una Coca-Cola o una cerveza fría. A mí no me apetecía nada.

    El tercer día fueron 85 kilómetros y tardé veinte horas en completarlos. A pocas horas del final, empecé a alucinar. Corría por el lecho de un lago llano y seco. Podía ver colinas y dunas de arena gigantes delante de mí. Corría alrededor de ellas. Luego encendía el frontal al pasarlas de noche y no había nada. Era completamente llano. Me pareció muy interesante.

    Al día siguiente, completé la etapa larga, de unos 43 kilómetros. Fue el día más caluroso. Se alcanzaron los 49 grados, quizá incluso más. Llegué a las dunas de arena y me derretía. Sentía que se me cocía el cerebro. Llegué a la cima de una, me tambaleé y estuve a punto de desmayarme. Entonces me vino un momento de claridad y mi visión se volvió extraña. Vi una luz brillante. Después me sentí bendecido y conectado con mi hijo. Me salían lágrimas de los ojos. Sentí que le cogía las manos. Eso fue lo único real que anhelé todo el tiempo, abrazar a mi hijo. Ahora tiene cinco años. Así que usé eso como combustible. Después de ese momento, decidí correr todo el camino tan rápido como pudiera. Eso me dio motivación. Pero sentí que en un momento casi me derrumbo. Fue como si la mente y todos los pensamientos desaparecieran. Sentí la conciencia pura y eso me dio un segundo aire. Creo que alcancé lo que buscaba. Me mostró que la gran mayoría de nuestros apegos son ilusorios e innecesarios. Me mostró lo que realmente importa.

    Teniendo en cuenta tu amplia experiencia en el mundo natural, la ciencia y la tecnología, ¿cómo crees que evolucionará en los próximos años la intersección entre la medicina vegetal tradicional y la ciencia moderna?

    La terapia psicodélica ha cobrado impulso en los últimos años. Parece que se va a convertir en una industria enorme. Me preocupan los enfoques, cómo se administran los medicamentos y cómo se someterá el sujeto o paciente a estas experiencias que pueden cambiarle la vida. No creo que los entornos clínicos puedan llegar a ser tan profundos y significativos como el enfoque chamánico, pero ésa es mi opinión personal.

    El enfoque chamánico tiene tradiciones milenarias. El chamanismo ha estado presente en todas las sociedades antiguas del mundo. Si profundizas mucho en una experiencia psicodélica, ésta destroza todo tipo de creencias materiales, o lo ha hecho en mi experiencia personal. Me preocupa si el enfoque médico moderno será suficiente para apoyar a las personas en ese tipo de entorno. Quizá una combinación en la que se inspiren en las tradiciones chamánicas sería una forma más holística de conseguirlo.

    Trabajaste en una clínica de rehabilitación de drogadictos y alcohólicos. ¿Cómo crees que encaja la medicina vegetal en una modalidad de tratamiento alternativo para los trastornos por consumo de sustancias y la reducción de daños?

    En primer lugar, tendría que ser diferente del formato actual de la medicina convencional, que es un modelo que requiere un tratamiento continuo y, a menudo, dosis diarias de medicación durante varios meses o incluso años. Las plantas medicinales chamánicas no parecen poder encajar con eso porque a menudo la gente hace uno o unos pocos retiros o ceremonias. La gente pasa por rehabilitación primaria, secundaria y terciaria, lo que lleva más de un año y cuesta mucho dinero. Luego, limpios y sanos, vuelven a la sociedad. Y la mayoría de las veces, vuelven a tocar fondo y regresan.

    Trabajé en la clínica de rehabilitación durante dos años, y así fue como me inicié en el chamanismo y la medicina vegetal. Había un par de clientes que usaban ibogaína y ayahuasca. Parecían curarse casi milagrosamente en un espacio de tiempo muy corto. Así fue como empecé a investigar por esa vía. Un miembro de mi familia estuvo en la Marina y en los Marines durante la mayor parte de su vida. Tiene lo que los médicos consideran un TEPT intratable. Me interesaba mucho saber cómo ayudarlo. Eso me puso en contacto con mucha gente que trabaja en el campo de la psicodelia, como Rick Doblin, Dennis McKenna y varios chamanes. Y después de eso, fue una serie de sincronicidades, como suele ocurrir cuando se está en el camino correcto.

    La cuestión de preservar los conocimientos indígenas y las medicinas ancestrales es compleja, sobre todo en el contexto de la globalización. ¿Cómo concibes el equilibrio entre el respeto de la sabiduría tradicional y la promoción de una relación respetable con estas medicinas en el Norte Global?

    Es una pregunta difícil. Pero lo que me vino a la mente fue el poder corruptor del dinero. He estado observando muchas organizaciones que se dedican a la psicodelia. A menudo tienen un modelo de negocio con factores económicos y luego viene la codicia y la corrupción. Para mí, el modo tribal es lo más cercano a estar en línea con la naturaleza. No sólo está en consonancia con el entorno natural, sino también con nuestra propia naturaleza interior. Es muy difícil prever cómo afectaría a estas tradiciones tribales puras la llegada de las grandes empresas.

    ¿Cómo crees que podemos fomentar la reverencia y la atención en torno a las medicinas ancestrales, ya sea desde tu perspectiva o en general como sociedad global?

    Es una pregunta muy difícil porque parece que la religión de hoy en día es el dinero y las redes sociales. La gente rinde culto a dioses materiales y esa es la mentalidad dominante. Yo animaría a la gente a cambiar o alterar esa mentalidad haciendo cosas sencillas como ayunar. El ayuno cambia tu mente en muy poco tiempo. Ayunar es una forma sencilla de entrar en contacto con la naturaleza y adoptar una mentalidad alternativa. Esa es una forma de desbaratar la mentalidad condicionante materialista occidental.

    La gente está muy cautivada hoy en día por cosas como los superhéroes. Puede que se encuentren con un artículo sobre los derechos y la sabiduría de los indígenas y lo pasen por alto inmediatamente. Creo que tenemos que llegar a los jóvenes. Hay que educar a los niños desde la edad de mi hijo. Dejo que mi hijo sea su propia persona y se desarrolle a su manera. Pero ciertos valores son muy importantes para educar a los niños pequeños. Uno para mí es estar en armonía con la naturaleza y apoyar iniciativas que estén en línea con un futuro sostenible para el planeta. Los derechos y la sabiduría indígenas deberían enseñarse en las escuelas desde una edad temprana. Debería ser tan importante como enseñar matemáticas y ciencias a los niños.

    Hablabas del ayuno. ¿La idea de comer o beber agua debe adquirir una nueva realidad durante la carrera?

    El ultramaratón en el desierto duró poco más de una semana. Estuve fuera de la red, sin teléfono, sin pantallas, sin nada digital. Llevé mi cámara para hacer fotos. Era una vida muy sencilla. Estábamos centrados en la misión de completar la carrera, la nutrición, el descanso y la recuperación. Eso era todo. Al principio, todo el mundo estaba muy contento, era muy sociable y conocía a mucha gente nueva. Después de dos o tres días, la gente no hablaba mucho. Todo el mundo estaba muy concentrado. Todo el mundo tenía mucho dolor. Era bastante cómico porque, después de la carrera del día, todo el mundo cojeaba y a la mañana siguiente iba cojeando a la línea de salida. Yo pensaba: «¡Hoy corremos 50 kilómetros y ahora no podemos ni andar 100 metros para ir al baño!». Pero eso pone las cosas en perspectiva.

    Después tuve diez días de vacaciones con mi familia, que vino a verme a Marruecos. Quería permanecer fuera de la red. Tenía muchos correos electrónicos, mensajes de WhatsApp y facturas que pagar. No quería volver a ello. Estaba muy presente, feliz y con la mente despejada. Así es como estamos destinados a ser intrínsecamente, no bombardeados constantemente con medios de comunicación y cosas digitales. Nos hace pensar demasiado. Creo que las mejores ideas y la sabiduría más profunda surgen cuando nuestra mente está en silencio. A medida que me hago mayor, creo que prefiero la sabiduría al intelecto.

    ¿En qué trabajarás próximamente?

    Quiero mencionar el trabajo del Institute of Ecotechnics y de Synergetic Press, que es el brazo editorial. Casi han terminado de reconstruir el buque de investigación, el Heraclitus. Estoy colaborando con ellos y es por una gran causa. Construyeron un buque de investigación para realizar labores de conservación en todo el mundo, y luego sufrió daños irreparables. Ahora lo están reconstruyendo y está en las fases finales. Luego iré a una expedición para hacer trabajos de conservación, creo que cerca de Colombia. Quiero darles las gracias por el increíble trabajo que hacen. Son muy inspiradores.

    También quiero dar las gracias a Alex Boethius, que hizo el vídeo para recaudar fondos para mi maratón. Le estoy eternamente agradecido. También me ayudó cuando trabajé para ICEERS, lo llevé como videógrafo. Hizo un trabajo increíble en las Naciones Unidas y en la World Ayahuasca Conference. Mucha gratitud para él por su trabajo y gran talento.

    He colaborado con gente que trabaja con tribus indígenas en Filipinas. De allí es mi madre y mi padre es judío. Filipinas está deforestada en un 98%. Me interesa mucho trabajar con tribus indígenas de allí en proyectos de reforestación. Quizá pueda haber una colaboración entre ICEERS y RAIN Reforest para ayudar también a esa parte del mundo.

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    Tags: indígenas , ayahuasca , medicina tradicional , Amazonía , entrevista